30.10.08


La hacés bien, y aunque te hierva la sangre te encadenas para no llamar. ¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos, pero aún así me das que pensar. Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden, y aquellas voces no me hablan más. Por favor, mentime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar. No sé hablar, sin decir malas palabras: amantes, mentira, infidelidad. Nunca más, te vendo gato por liebre, por no ser cruel, pierdo honestidad. Y ya no esperarás, más de la cuenta, y siempre serás la que yo soñé. Y yo seguiré pensando que es peor, amar y envejecer.